lunes, 11 de enero de 2010

NO TE PERDERÉ DE NUEVO


Aún recuerdo claramente la última vez que nos vimos, era una noche de Primavera en donde el refrescante clima se mezclaba con tu dulce compañía y daba vida a una experiencia sui géneris que quedó grabada en mis púpilas.


Las puertas de mi alma se abrieron inconcientemente a tu corazón sin espinas que sólo buscaba la manera de encontrar salida a los tropiezos de la vida.

Ahí estaba yo, buscando labios resecados por la desdicha y tú necesitando la compañía de un soñador que siempre se fio de la magia nocturna que encierran los corazones más tristes para llevarlos a la cima del mundo en donde nadie hace daño.

En ese pequeño y gran espacio a la vez, no importaba el tiempo ni el lugar, sólo existía nuestra isla de pensamientos a la cual llegabamos con la ayuda de dos delfines sentimentales que nos hacían recordar que nunca es demasiado tarde para volver a sentirse libre.

Caminar por la acera de la nostalgia y jugando con el desnivel del sentir nos convertía nuevamente en dos niños sin preocupaciones, sin lágrimas ni tristezas que hoy suele sentarse cada mañana. La manera que tu mirada me invitaba a permanecer a tu lado, las ganas de escucharte en cada suspiro del alma, así eramos nosotros, dos personas imperfectas en nuestro mundo perfecto.

Caía la noche y con la presencia de la luna se aproximaba el final de nuestro encuentro, encuentro que quedó marcado por la despedida innecesaria a la que hoy me doy cuenta, pero el destino siempre suele jugar una mala pasada que sin explicaciones nos vemos sumergidos en un futuro con muchos sueños, sueños que no se pueden evitar vivirlos porque simplemente así está escrito.

Grato fue encontrarte, injusto fue alejarme, pero lo más sorprendente es que hoy volvernos a juntarnos y te prometo que no me iré, los miedos los dejé atrás, las dudas y frustraciones las desterraste de mi ser y conviertes a este hombre en alguien que no deja de preguntarle al sol si te alumbrará cada mañana, al viento si acaricia tu rostro, a aquel parque y calles en donde solíamos estar si tus pasos siguen dejando huella o es que el tiempo se encargó de borrarlas.

Lo sé, tuve temor, pero mis días de incertidumbre desaparecieron y me permitiste ver más allá de la sombra acosadora que intentaba ocultarme entre las tinieblas.

Hoy me levantó y sé que pronto estaré allí de nuevo, pero no para recordar lo vivido, sino para recuperar y mejorar nuestro mundo que dejamos atrás, así soy yo, muy expresivo y así eres tú, musa que permite la expresión niño - hombre brote de mis más profundos sentimientos.

Ven, siéntate a mi lado y mirémonos en medio de la brisa cálida que nos envuelve en la noche perfecta. Tú y yo ya no estaremos sin el uno del otro, promesa que la mantendré toda mi vida, porque el mejor momento de mi vida fuiste y seguirás siendo tú.

viernes, 1 de enero de 2010

UN NUEVO AMANECER





Que difícil se vuelve a veces empezar de cero, superar algunas turbulencias que hace caer a uno en un abismo sin fin, en ese espiral eterno de problemas que solo nos hace pensar que nunca saldremos y lo peor es que creemos que si ocurre el milagro de emerger, algo nos vuelve a hundir.

No sé porqué no miraba la vida de otra manera, ver el vaso en otro sentido, sentir que siempre existe esa luz que me permite ver más allá, ver aquella flama de esperanza que parecía extinguirse lentamente, pero con observar detenidamente esa pequeña chispa era el núcleo de mi esencia.

Porque buscar la felicidad, si ya la encontré en tantos lugares y con tantos personajes.

Porque dejarme golpear por los látigos de la duda, imcomprensión y egoismo con los que suelo convivir todos los días aunque lo sé, no quería hacerles frente.

Porque imaginar en un mundo utópico cuando reconosco que soy uno de los seres más imperfectos que caminan sobre la tierra.

Y lo más importante… porque creer en una musa que me espera por nuestro encuentro cuando hace un buen tiempo le cerré la puerta al amor y a todo lo que me vincule a una seria relación…

Lo más fácil sería continuar en ese carril de la vida, dejar mis sueños, ilusiones y hasta esperanzas yasí dejarme llevar por la corriente del río y que sea ella y su voluntad que me destinen en aguas mansas, pero desoladas.

Hoy me desperté y vi un nuevo amanecer, un intenso rayo de sol que caía sobre mi rostro enseñándome lecciones de fortaleza y brillo que debo tener. No se trataba de una ilusión, sino aquel niño perdido que encontró la manera de volver a casa, de aquel joven que se sentó al lado de los ancianos para escuchar y aprender de sus sabias experiencias y ahora de aquel hombre que probó casi todo de la vida y que ahora ya sabe que elegir…

Y es que mi nuevo amanecer es así, por eso no me esperen que se pueden desesperar, sólo contemplen a este hombre que ya sabe a donde llegar.