CUANDO EL HASTA LUEGO SE CONVIERTE EN ADIÓS

El título es muy sugerente a lo que uno pueda pensar... creo que en algún momento de nuestras vidas hemos dicho "hasta luego", cuando realmente lo que queremos expresar es un "Adiós", pero el prejuicio de lo que pueda pensar la otra persona o de negarnos a nosotros mismos ese alejamiento definitivo, nos hace retroceder y un poco como para darnos esperanzas inexistentes no decimos esa palabra que es corta, pero que nos cuesta tanto expresarla.

Hace poco el "hasta luego" salió de mi interior hacia alguien a quien estimo mucho, pero creo que tanto ella como yo, sabíamos muy bien que esa temporal despedida, no sería tan efímera, dentro de cada uno era conciente que era la última despedida.

Transcurrían los minutos como si fueran horas, las horas como si fueran días y los días como si fueran meses, era la parte más larga de mi vida que me tocó de verdad, poco a poco los sueños, las ilusiones, la parte más sensible de mí se iba pudriendo como tal manzana al exponerla al sol y dejar que pase el tiempo, por dentro quedaba poco de mí, pero por fuera era otro, alguien que se desconocía, mi apariencia no cambiaba, tampoco mi forma de ser, pero el alma mutaba a un ser que yo desconocía y que no sabía si era bueno o malo, pero me hacía sentir más seguro.

El adiós no es el final de todo, es el comienzo de una nueva página, un nuevo capítulo, una nueva historia por escribir y que cada persona se convierte en otra con cada cuento de su vida, he llegado a la conclusión que nadie es el mismo con cada relación sentimental o intento de relación, todos nos transformamos en otro individuo ante diferentes personas, todos cambiamos, todos mutamos y sobretodo cuando un adiós se presenta, la diferencia entre el hombre de ayer y el de mañana está muy marcada por la línea de la tristeza, desazón e incluso en algunos casos, desesperación.